EL NACIONAL — JUEVES 11 DE NOVIEMI
Después de
60 Años
Hallaron
la Lápida Sepulcral Sustraída
A la Bóveda del General
Tomás de Heres
Presumiblemente fue hurtada por
un lapidario de la época, quien le grabó al reverso otro epitafio, burlando la
buena fe de una desconsolada viuda que pagó 266,94 pesos.
AMERICO FERNANDEZ
Fotos Rogelio Solazar
Ciudad
Bolívar, 10. 11.66
Al término
de sesenta años ha quedado al descubierto la lápida sepulcral sustraída de la
bóveda que guardaba los restos del prócer de la independencia suramericana,
General Tomás de Heres.
La lápida
marmórea fue localizada el sábado último pasado
sobre una
tumba abierta para darle entrada a los despojos de
Enrique
García Martínez, muerto a causa de la diabetes que le de-
generó en
gangrena.
Enrique
García Martínez era sobrino de Felicita Martínez, de quien heredó los documentos de la tumba
donde fueron sepultados el sábado.
La tumba de 2 y medio metros cuadrados, está
ubicada en el centro del Cementerio Municipal de esta ciudad y fue destinada originalmente por su dueña,
según se supo, ara contener los restos
de su primer esposo José Gloveia fallecido en septiembre de 1905. Luego fueron sepultados allí mismo los restos de su segundo esposo, Santos Gallotti,
desaparecido en septiembre de 1924. Ambos eran de nacionalidad italiana. Posteriormente,
la tumba fue cedida a los difuntos Serapio Machado y señora. Los despojes de
Felicita Martinez también fueron a parar allí y finalmente los de Enrique
García Martínez, cuya inhumación reciente dio oportunidad al hallazgo mencionado.
La enorme
lápida encontrada presenta por un lado la siguiente inscripción: "Aqui
yace Tomás ele Heres, nacido en esta ciudad el 18 de septiembre de 1798. Fue
General de División del Ejército Libertador. Asesináronle alevosamente el 9 de
abril de 1842 cuando se hallaba tranquilo en el sagrado asilo de la misma
casa que lo vio nacer. Recogiole en sus brazos, moribundo su digno amigo el
Ilmo. Obispo Dr. Mariano Talavera, que le acompañaba cuando le asestaron el
fatal tiro en
1847—
Septiembre 1905” y en la parte inferior: "Santos Gallotta, septiembre
7 de 1924". En un ángulo del lado de este último epitafio se lee el
nombre del lapidario: "Julián T. Acosta".
El lado de
la lápida correspondiente al epitafio del General Tomás de Heres no se veía
porque estaba contrapuesta a la parte superior de la bóveda, quedando visible
solamente el lado de la inscripción de los dos italianos difuntos.
La tumba,
después de 1905, tuvo que ser reabierta por lo menos cinco veces, pero el
fraude no pudo ser descubierto sino hasta ahora cuando un amigo de los dolientes
del último muerto, se dio cuenta del detalle histórico y lo
reveló a este Corresponsal.
Tomás de
Heres, hijo ilustre de esta ciudad, fue asesinado en la noche del 9 de abril de
1842 por un supuesto Cabo Antonio López, de la guarnición de la plaza.
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