Durante seis horas, poco más o menos, Luis Aparicio, el pelotero
venezolano de renombre en las grandes ligas, visitó el lugar donde se
construye la represa de Guri, acompañado del jockey Gustavo Avila y del artista
de radio y televisión Carlos Rafael Silva Aponte (Gallito).
Un avión expreso, contratado por el Consorcio Guri, trajo desde Caracas
a los tres personajes y a un grupo de periodistas, al cual de sumó otro de
Ciudad Bolívar.
El vicepresidente de Kaiser Engineers y gerente general del Proyecto
de la Presa Guri, ingeniero Donald W. Shupp y el ingeniero Douglas Baker,
gerente de Construcción, recibieron al pelotero venezolano y le mostraron los
progresos de la gigantesca obra.
Realmente, es asombrosa la forma como, en poco menos de tres años, la
técnica y la ingeniería han transformado aquella parte del lecho del Caroní. El
majestuoso rio que descarga un caudal de agua de 17.000 metros cúbicos por segundo,
aún permanece desviado del lugar donde ahora se está alzando la ciclópea
muralla de concreto.
El periodista José Hurtado, quien orientó la gira, informó que será en
marzo del año entrante cuándo el río regresará a su cauce normal para proseguir
los trabajos de excavación y vaciado por su margen derecha. En el vaciado de
concreto —operación rigurosamente técnica y de extraordinario cuidado- trabajan
centenares de obreros que se turnan durante
las 24 horas del día, incluyendo los días feriados.
-Luis Aparicio y sus acompañantes, como todos los que visitan esta parte
de Guayana, quedaron profundamente impresionados de los avances de la obra y
del torrente prodigioso del río. Muchas fotografías le fueron tomadas al "bigleaguer"
en la parte final de la ataguía, donde el río retumba con una velocidad
espantosa.
La otra fase de la visita la constituyó un juego de beisbol en el que Aparicio
participó muy ligeramente en el último acto. Primero en calidad de juez
principal y, finalmente como bateador emergente. El encuentro se libró entre
los teams Universidad de Oriente (UDO) y Edelca, ganando este último. La
estrella del beisbol venezolano estuvo en todo momento asediado por aficionados,
sobremanera por los niños, en su mayoría norteamericanos, que aprovecharon
cualquier objeto o retazo de papel para que Aparicio estampara su firma. Luis
Aparicio y demás acompañantes regresaron yer mismo a Maiquetía.
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