martes, 29 de septiembre de 2015

La Lápida de Heres y un tramposo lapidario

EL NACIONAL — JUEVES 11 DE NOVIEMI
Después de 60 Años
Hallaron la Lápida Sepulcral Sustraída
A la Bóveda del General Tomás de Heres
Presumiblemente fue hurtada por un lapidario de la época, quien le grabó al reverso otro epitafio, burlando la buena fe de una desconsolada viuda que pagó 266,94 pesos.

AMERICO FERNANDEZ
Fotos Rogelio Solazar


Ciudad Bolívar, 10. 11.66
Al término de sesenta años ha quedado al descubierto la lápida sepulcral sustraída de la bóveda que guardaba los restos del prócer de la independencia suramericana, General Tomás de Heres.
La lápida marmórea fue localizada el sábado último pasado
sobre una tumba abierta para darle entrada a los despojos de
Enrique García Martínez, muerto a causa de la diabetes que le de-
generó en gangrena.
Enrique García Martínez era sobrino de Felicita Martínez,  de quien heredó los documentos de la tumba donde fueron sepultados el sábado.
 La tumba de 2 y medio metros cuadrados, está ubicada en el centro del Cementerio Municipal de esta ciudad  y fue destinada originalmente por su dueña, según se supo, ara contener los restos  de su primer esposo José Gloveia fallecido en septiembre de 1905.  Luego fueron sepultados allí  mismo los restos de su segundo esposo, Santos Gallotti, desaparecido en septiem­bre de 1924. Ambos eran de na­cionalidad italiana. Posterior­mente, la tumba fue cedida a los difuntos Serapio Machado y se­ñora. Los despojes de Felicita Martinez también fueron a pa­rar allí y finalmente los de En­rique García Martínez, cuya inhu­mación reciente dio oportunidad al  hallazgo mencionado.
La enorme lápida encontrada presenta por un lado la siguiente inscripción: "Aqui yace Tomás ele Heres, nacido en esta ciudad el 18 de septiembre de 1798. Fue General de División del Ejército Libertador. Asesináronle alevosa­mente el 9 de abril de 1842 cuan­do se hallaba tranquilo en el sa­grado asilo de la misma casa que lo vio nacer. Recogiole en sus brazos, moribundo su digno ami­go el Ilmo. Obispo Dr. Mariano Talavera, que le acompañaba cuando le asestaron el fatal tiro en
1847— Septiembre 1905” y en la parte inferior: "Santos Gallotta, septiembre 7 de 1924". En un án­gulo del lado de este último epi­tafio se lee el nombre del lapi­dario: "Julián T. Acosta".
El lado de la lápida correspon­diente al epitafio del General To­más de Heres no se veía porque estaba contrapuesta a la parte superior de la bóveda, quedando visible solamente el lado de la inscripción de los dos italianos difuntos.
La tumba, después de 1905, tuvo que ser reabierta por lo menos cinco veces, pero el fraude no pudo ser descubierto sino hasta ahora cuando un amigo de los do­lientes del último muerto, se dio cuenta del detalle histórico y lo reveló a este Corresponsal.
Tomás de Heres, hijo ilustre de esta ciudad, fue asesinado en la noche del 9 de abril de 1842 por un supuesto Cabo Antonio Ló­pez, de la guarnición de la plaza.







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