martes, 10 de noviembre de 2015

14 Tomos con Expedientes De lo Guerra de Independencia Fueron Sustraídos del Archivo Histórico de Guayana

El Nacional — Caracas: Martes 2 de Mayo de 1967

El archivero municipal en 1967, Rafael Silva, entrevistado por Américo Fernández

Ciudad Bolívar, 30. (Esp.).
Hay personas interesadas en penetrar el Archivo Histórico de Guayana, no con fines investiga­tivos, sino con el objeto de apropiarse de alguna de las car­tas originales suscritas por Bo­lívar entre los años de 1818 y 1821, de cuyo Archivo han sus­traído 14 tomos de expedientes.
El anciano Rafael Silva, de 72 años de edad, expresa así el celo con que guarda las llaves y sostiene la vigilancia del cuarto donde reposan, en improvisados estantes, los legajos de documentos que datan desde que Guayana estuvo en poder del brigadier Miguel de La Torre y del gober­nador Lorenzo Fitz-Gerald.
Estos documentos estaban aneriormente en el Archivo del Pa­lacio de Gobierno y no se ex­plica cómo pueden estar hoy en manos del Concejo Municipal del Distrito Heres y, lo que es más grave, en un estado total de abandono.
El señor Silva, un acucioso ar­chivero nacido en Caracas, ha servido durante muchos añosa la Gobernación, pero sólo lleva tres en el Concejo Municipal, donde ha logrado un orden extraordina­rio, pese a los escasos recursos, con la documentación municipal, pues cuando él llegó allí, aque­llo era un verdadero desbara­juste. Pero la organización y ca­talogación de la documentación histórica de Guayana la realizó Ricardo C. Pardo, investigador y miembro' de la Sociedad Boliva­riana, enviado el año pasado con este fin por el entonces mi­nistro del Relaciones Interiores, doctor Gonzalo Barrios.
Silva. el archivero municipal, concedió ayer una oportunidad a este corresponsal para constatar una información recogida en Re­laciones Públicas de la Legis­latura referente a la falta de cuido y protección de la docu­mentación histórica, hecho referido en tono alarmante en la Academia Nacional de la Histo­ria por José Antonio Calcaño y al cual hace mención en una carta dirigida por el señor Al­fredo Boulton al señor Rafael Durand Rondón en la Asamblea Legislativa.
—Lo que usted va a ver ahora —dijo el archivero municipal sa­cando un manojo de llaves del bolsillo al tiempo que caminaba de un sótano hacia la parte alta—estuvo hasta hace poco tirado en un rincón húmedo y reducido, lleno de hongos y polillas. El señor Pardo --continuó— fue quien lo rescató, haciéndole una limpieza cuidadosa a cada legajo y organizó cronológicamente los expedientes comprendidos entre los años 1821 y 1880. Naturalmen­te que todo no está a salvo, hay varios legajos que ameritan tra­bajo inmediato de restauración.
El Archivo Municipal se halla en el sótano y el cuarto donde está la documentación histórica de Guayana se halla en la parte de arriba del edificio donde funciona el Concejo, en el lado sur. Es un cuarto aparentemente mal­trecho y sin ninguna protección. La puerta de entrada está asegu­rada con un candado endeble, el techo acusa manchas de filtra­ciones y las ventanas que dan a la calle presentan los vidrios ro­tos. Los legajos de expedientes están colocados en forma super­puesta sobre largos tablones que ocupan todo el espacio del cuarto, montados sobre cajones y otros parapetos que tratan de protegerlos de la humedad del piso.
El señor Silva explicó que se ha constatado la sustracción de 14 tomos de expedientes de los años 1817. 1818, 1819 y 1820, los cuales, según una referencia, fue­ron entregados en 1916 al coro­nel Julio C. .Monagas. También faltan los expedientes de 1821 y 1827.
El corresponsal- preguntó al ar­chivero si tenía conocimiento de que una honorable señora de es­ta ciudad heredó un legajo con­teniendo veinte cartas originales del Libertador y las cuales se presume fueron sustraídas del Concejo Municipal.
El señor Silva contestó no te­ner conocimiento de ello, pero se tiene entendido que el señor Joa­quín Martínez, artista que res­tauró la Casa de San Isidro y quien trabaja también en Cara­cas en la restauración de la Cuadra Bolívar, estuvo en esta ciu­dad haciendo una indagación sobre el particular.
—Ahora —dijo reflexionando luego de una pausa— yo creo que a pesar de la inseguridad de este cuarto, será muy embarazoso sus­traer documentos de esta pieza, ya que los más importantes han sido microfilmados. No obstante —agregó— hay personas que vie­nen aquí con fines investigativos, pero yo creo más bien que es pa­ra ver cómo se ponen en alguno de los originales suscritos por Bolívar.
—¿Acaso quedan todavía do­cumentos suscritos por el LIiber­ta dor?
El señor Silva adopta un gesto afirmativo y explica que el se­ñor Ricardo Pardo microfilmó el año pasado cartas originales sus­critas por Bolívar entre los años 1818 y 1821 para incorporarlas a la colección de "Escritos del Libertador", obra encomendada a la Sociedad Bolivariana de Ve­nezuela por Decreto de la Pre­sidencia de la República No. 803 del 23 de julio de 1962.
El corresponsal no pudo ver en la rápida visita los legajos donde están esas cartas de Bolívar; sin embargo, vio que rótulos de vo­luminosas carpetas se refieren a documentos sobre límites de Ve­nezuela con países vecinos, la Guerra Federal, Revolución Azul, decretos sobre monedas, billetes etcétera.
En un cuarto contiguo existen tres poltronas con espaldar y asientos de mimbre, un tanto da­ñadas, y que según Silva perte­necen al conjunto de muebles usados durante las sesiones del célebre Congreso de Angostura.

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